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Comunicado de la FUN Comisiones - MODEP



¡EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE LA UTP NO NECESITA QUE LE APLIQUEN “EUTANASIA”!


Razón, ventaja y límite son el marco de acción para aplicar la táctica de cualquier movimiento que desee avanzar en su proceso de lucha. El movimiento estudiantil de la UTP ha esbozado claramente sus razones en un justo pliego de peticiones, el cual se convirtió en el centro de lucha de los estudiantes de la Universidad en este semestre –en realidad, mientras el modelo productivo siga siendo el mismo, siempre existirán razones por las cuales luchar-; la ventaja la hemos tenido por períodos, de acuerdo a los momentos en los cuales hemos ganado la iniciativa y hemos volcado la opinión pública a nuestro favor y por último, el límite está enmarcado en las condiciones que considere el movimiento (objetivas y subjetivas), y, en el alcance, logros esperados o cumplidos por el mismo movimiento y capacidad para continuar luchando. Para que ello tenga sentido, la táctica debe ser flexible y adaptable a condiciones cambiantes, pero firme en los principios que le dan sentido y la originan.


El movimiento estudiantil de la UTP tiene que aplaudir su capacidad de lucha, su perseverancia y habilidad para que a diferencia de paros anteriores, haya conseguido cambiar o mantener la correlación de fuerzas a su favor y en intervalos muy pequeños de tiempo, aun sin que hubiesen existido actividades y formas de lucha totalitarias con un 100% de participación de los estudiantes. El movimiento estudiantil demostró que sí es con la lucha organizada con la cual “se conquistan libertades y derechos”, asestando un fuerte golpe de opinión y dándole una lección a aquellos seguidores del modelo educativo fascista entronizado en nuestra vida académica, y ha salido avante en discusiones públicas en las cuales se ha podido demostrar que la privatización de la UTP sí es un problema real que necesita urgente solución.


Por su parte, la administración de la UTP ha aplicado dos tácticas: primero criminalizó la lucha estudiantil y tal como lo expresó el Rector ante la Asamblea Departamental, “asumió medidas disciplinarias contra los estudiantes para bajarle los ánimos al movimiento estudiantil”, período en el cual no tomó en serio al movimiento y no lo llamó ni siquiera a dialogar; sin embargo, ante la presión política de diferentes sectores de la sociedad, a las medidas jurídicas que se han emprendido y a la capacidad de lucha del mismo movimiento estudiantil, logramos que se levantara la suspensión provisional que cursaba contra varios de nuestros dirigentes y compañeros del movimiento. Ahora su táctica consiste en jugar al desgaste, dilatar, aplazar o cancelar las discusiones que se han orientado a crear espacios de negociación del Pliego de Peticiones de los estudiantes. Es nuestro deber reconocer el momento por el cual está atravesando el movimiento estudiantil para que pueda adecuar su táctica (forma de lucha + forma de organización + consigna), sin perder de vista su razón, ventaja y límite.


En la actualidad, el movimiento estudiantil atraviesa por una encrucijada dialéctica: Continuar en paro o proyectarlo; un punto medio en el cual algunos estudiantes participen del paro y otros no, ya no es concebible debido a la presión académica y el desgaste –poco o mucho- que viene sufriendo el movimiento estudiantil. El primer camino implica muchos más esfuerzos y compromisos de los que hasta ahora se han asumido y no deja una alternativa diferente a la radicalización del movimiento estudiantil, por lo cual proponemos seriamente que de continuar con el paro se realicen actividades contundentes como algunas de las siguientes formas de presión y lucha: paro total de actividades académicas y administrativas, estudiantes encadenados a la rectoría, huelga de hambre, crucifixiones simbólicas, entierros simbólicos y/o desnudos masivos. Para que ello sea viable no solo deben existir las condiciones subjetivas en aquellos estudiantes dispuestos a asumir esas tareas, sino que además deben haber condiciones objetivas: posibilidades reales de que el movimiento estudiantil escale en sus formas de lucha, una brigada médica, un grupo de seguridad estudiantil, un grupo de agitación y propaganda, la activación del CEDH UTP y mucha gente rodeando constantemente a los (las) compañeros (as) que asuman esas formas de lucha, mediante lo cual podríamos volcar de nuevo la atención de la comunidad risaraldense a nuestro favor y presionar a la Rectoría, el CSU y el Consejo Académico para que negocie el Pliego de Peticiones. El otro camino que podemos tomar es levantar el paro, lo cual no es un llamado a la retirada o a la desbandada, sino a llevar a cabo un repliegue táctico organizado que nos permita proyectar la lucha para el siguiente semestre y conservar nuestras fuerzas, impidiendo un largo período de reflujo; dicho repliegue táctico consiste en: exigir amnistía académica (cancelación de varias materias hasta el último día de clases), permitirle a los estudiantes que salven su semestre y puedan estudiar fuertemente, conservar y cualificar la base organizada, gremial y política de los estudiantes, instaurar una mesa negociadora del pliego y por último, definir una agenda y un plan de trabajo que le permita al movimiento estudiantil proyectar su lucha hacia futuro.


En una batalla se pretende destruir las fuerzas del enemigo y conservar las propias; de manera similar y aunque en la UTP no estamos en paro armado o en guerra, y, sí y solo sí, no existen las condiciones para radicalizar el movimiento estudiantil, es mejor asumir medidas que impidan que el movimiento estudiantil ingrese en un largo período de reflujo que lo único que lograría sería que el movimiento estudiantil desaparezca por sustracción de materia: dirigentes estudiantiles expulsados por procesos disciplinarios arbitrarios de carácter político y masiva deserción académica de los integrantes del movimiento estudiantil a causa de la pérdida de su semestre. Así mismo, un período de reflujo también frenaría nuestra participación en la lucha nacional para modificar la ley 30/92 y exigir ampliación de la base presupuestal de las universidades públicas del país e impediría que el movimiento estudiantil tenga capacidad de respuesta ante un eventual proceso de quiebra, economía mixta o privatización de la UTP. Analizando la historia de la UTP, vemos como los períodos de reflujo entre paro y paro han sido aproximadamente de tres años; ¿será que la UTP está en condiciones de darse el lujo de no hacer nada durante tres años?, ¿permitiremos que la condición nos rebase?, ¿no hemos aprendido nada de la historia de nuestro movimiento?, ¿permitiremos que la administración nos levante el paro por medio de la presión académica y el desgaste, o será una definición táctica y responsable del mismo movimiento?


Si el paro se acaba por sustracción de materia, habremos condenado a nuestros dirigentes estudiantiles y a la base del movimiento estudiantil que está cobijada por las medidas disciplinarias que conocemos; por lo tanto, los procesos disciplinarios no deben ser condición para levantar el paro, tenemos que flexibilizar esa condición, la cual debe ser parte de la lucha del movimiento estudiantil y dicha reivindicación debe estar incluida como el primer punto de nuestro pliego para que sea responsabilidad del conjunto del estudiantado el impedir que continúe la criminalización contra nuestros (as) compañeros (as) y no simplemente una tarea de negociación de la comisión negociadora del movimiento.


Así pues, la lucha por el pliego de peticiones de los estudiantes debe servir para acumular fuerzas para la pelea gruesa del movimiento universitario: la crisis estructural y financiera de las universidades públicas; por lo tanto, no hay por qué dar la pelea como si se tratara de la lucha final. ¿Por qué permitir que se le aplique “eutanasia” al movimiento estudiantil para “morir dignamente”, cuando podemos impedir que se nos muera el movimiento?


Así haya cantos de sirena que nos tienten y muestren como una posición valiente y beligerante el hecho de llegar hasta la muerte, creemos que no será posible hacer resurgir de las cenizas al movimiento estudiantil, cual ave fénix. La “valentía” de los que proponen paro: patria o muerte, quedará en revistas, anaqueles y epitafios, pero en la práctica no repercutirá en mayores frutos para los intereses del estudiantado. Nosotros no estamos asumiendo una posición cobarde de esquiroles; no estamos llamando a los sectores reaccionarios del estudiantado para que tomen una u otra decisión, ni hemos recibido dádivas a cambio de nuestra propuesta; de hecho, estamos mostrando los dos caminos que le quedan al movimiento estudiantil y las salidas para cada uno y asumiremos y respetaremos cualquier decisión que en su sabiduría apruebe la Asamblea General de Estudiantes; estamos asumiendo una consideración táctica diferente, de forma conciente y responsable con las masas. A esta generación no se le puede olvidar que tiene la responsabilidad histórica de defender el carácter público de la universidad, no podemos hacernos los de la vista gorda.


Defender la esencia de la universidad, la existencia del debate de las ideas y de la oposición es responsabilidad del conjunto del movimiento universitario.


¡CON LA LUCHA SE CONQUISTAN LIBERTADES Y DERECHOS, CON LA LUCHA SE DEFIENDEN!

FUN Comisiones – MODEP.


Martes, 18 de noviembre de 2008.

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