A FORJAR UNIDAD CON L@S ESTUDIANTES DE LA U.T.P.

Saludamos con entusiasmo la justa lucha que está librando el movimiento estudiantil de la UTP,  su espíritu de rebeldía que se ha forjado a lo largo de históricas luchas contra políticas represivas, limitantes de libertades y derechos de los estudiantes y que además pretenden dejar al pueblo sin educación, cediendo este “privilegio” a algunos cuantos. Ahora, más que nunca, es necesario que los sectores oprimidos nos unamos y levantemos con dignidad, nos solidaricemos y mantengamos la bandera de la resistencia lo más alto que sea posible.

Por ello resulta urgente no perder el horizonte y aprender las lecciones de la historia; la universidad se ha caracterizado históricamente por ser un escenario de lucha, donde se exige educación para todos, pero una educación que sea científica y esté al servicio de las necesidades del pueblo, y no la que se pretende implantar, instrumental y al servicio de las grandes empresas nacionales y multinacionales, las mismas que han invadido, saqueado y llenado sus bolsillos a costa de la explotación del trabajo humano, físico e intelectual. 

Misma lógica con la cual las políticas estatales apuntan a entregar la universidad pública al capital privado, así como lo ha venido haciendo con la salud; buscan a través de reformas a la estructura y contenidos académicos, imponer un pensum acorde a las “necesidades  y requerimientos” de la gran industria; quieren convertir a la universidad en una empresa que se evalúe por indicadores de gestión (número de programas ofrecidos, ampliación de cobertura, minimización de costos, reducción de deserciones…) en los que no cuentan para nada la calidad académica; buscan erradicar por completo el desarrollo del pensamiento científico, crítico y la capacidad de reflexión de los estudiantes, en aras de entregar profesionales obedientes y de fácil acomodo a las exigencias del mercado; en otras palabras, intentan destruir la única posibilidad de educación que tiene el pueblo.

La agudización de esta problemática ha traído oleadas de protesta estudiantil por todo el país, y a su vez, fuertes oleadas de represión por parte del Estado y de los estamentos de dirección universitaria: presencia militar en las universidades (uniformados y de civil); amenazas por parte de grupos paramilitares, asesinatos y desapariciones de estudiantes y profesores; arremetidas del ESMAD dentro del claustro universitario; atropellos y agresiones a los estudiantes cuando se ejerce el libre derecho a la protesta; persecución, sanciones y expulsiones de los líderes del movimiento estudiantil, caso ilustrativo los estudiantes expulsados de la UTP.

Ante esta muestra evidente del clima de terror que se ha querido imponer en la universidad con el objetivo de criminalizar el legítimo derecho a la organización, la protesta y la oposición, y en aras de mantener por encima de lo que sea, un sistema político, social y económico que se alimenta del dolor , la explotación y el hambre del pueblo, vemos con alegría la fuerza, el entusiasmo y la explosión del movimiento estudiantil de la UTP, un movimiento que no se ha dejado apabullar y que por el contrario, ha venido asumiendo con valentía una posición de resistencia creciente y un mayor nivel de concientización acerca del carácter estructural del problema de la educación pública.

Es en este sentido que las reivindicaciones propias de la UTP  -aunque importantes- a través de un plan a mediano y largo plazo, deben elevar sus exigencias y no pueden ser desligadas de la problemática estudiantil a nivel nacional, así, como el problema de los estudiantes en su conjunto tampoco debe ser desligado del problema de los campesinos, los indígenas, los vendedores ambulantes, los corteros de caña, las mujeres, los areneros y demás sectores populares; en esencia todos somos hijos del mismo sistema, todos padecemos el mismo problema con características particulares, y somos entonces todos nosotros los llamados a fortalecer y mantener vivo un espíritu de resistencia, a forjar unidad con los demás sectores del pueblo. Así que ¡Bienvenida la lucha estudiantil!

¡De Pie, Mujer!, noviembre 10 de 2009