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Solicitud de apertura del Programa de Medicina en Jornada Especial



Sin mayor información brindada sobre la discusión dada al interior del Consejo Municipal de Pereira, en un hecho sin precedentes en la UTP, se solicitó la apertura de un programa de pregrado en Jornada Especial, autofinanciado que funcionaría en los mismos horarios y las mismas instalaciones usadas por el programa público.

La única justificación entregada por el Consejo Pereirano fue: "en la actualidad se presenta una demanda importante de estudiantes en esta carrera"... ahora que nos cuenten una de vaqueros; ¿Acaso existe una solicitud formal de la ciudadanía para la apertura de un programa privado de medicina cuando ya existe uno público? ¿Acaso dicha demanda no puede ser atendida por el programa que ya existe? ¿De cuál demanda nos hablan entonces? ¿no será más bien que los Consejeros tienen un interés económico de por medio?

Recordando los inicios de los programas de Jornada Especial a la UTP y los discursos de Kike, el Rector de la UTP (que más bien parece el dueño de la finca, o mejor aun, un administrador de centros de costos... en fin, cualquier función es atribuíble a nuestro Rector, menos la de académico), se nos vienen a la mente sus palabras en el 2003 cuando aseguraba que la apertura de dichos programas obedecía a una loable decisión administrativa para brindarle educación superior a aquellos trabajadores que por su condición laboral no podían ingresar durante el día a estudiar en una universidad y que en contraprestación, ellos con sus salarios estarían en capacidad de pagar matrículas de más de $1'000.000.

Ese discurso barato se le cayó hace poco con la apertura de programas de Jornada Especial durante el día, completamente autosostenibles, con matrículas de 2,7 SMLV, como es el caso de Veterinaria y Zootecnia, cuyas condiciones pedagógicas son lamentables porque no cuentan con infraestructura propia y utilizan los mismos recursos, laboratorios, instalaciones y sitios de práctica que los estudiantes de Medicina, lo cual es un agravio contra la calidad académica.

Mientras tanto, los estudiantes de medicina, al igual que la mayoría de los estudiantes de la UTP, mantienen hacinados, sobre todo en su principal sitio de prácticas: el Hospital San Jorge, en donde no es raro ver rondas de nueve a trece estudiantes para cada paciente.

Si para Veterinaria no ampliaron instalaciones en la universidad ¿será que podemos esperar que sí lo hagan con Medicina en Jornada Especial? ¿Será que el Consejo Municipal va a construir un nuevo Hospital para que la Jornada Especial pueda hacer sus rondas? ¿Será que le van a ampliar la planta física a la universidad? ¿será que van a contratar nuevos docentes para que los que ya están contratados no queden con sobrecarga? ¡NO, CLARO QUE NO!

Paradójicamente, la Administración Central está estudiando la posibilidad de cerrar varios programas de Jornada Especial porque no están dando el punto de equilibrio y si no hay rendimiento económico, pues no pueden seguir funcionando.

Lo único cierto aquí es que el modelo de universidad que las clases dominantes y el fascismo requieren no necesita más que la creación de programas técnicos y tecnológicos, e investigación aplicada que no corra las fronteras del conocimiento y que genere mano de obra barata. El problema, claro está, no es que existan programas de Tecnologías; el problema radica en que nuestro modelo productivo no podrá avanzar si se olvidan las humanidades, la medicina, las artes, las licenciaturas, el derecho, la administración y las ingenierías.

La reforma a la ley 30/92 propuesta por el MEN contempla nuevos recursos para el SENA y el fortalecimiento de las carreras técnicas y tecnológicas en las universidades; además, como política pública, a ninguna universidad le están llegando recursos para la apertura de programas que no estén relacionados con los programas técnicos y tecnológicos; y por lo tanto, nos abogan a que cada que se quiera abrir un programa académico diferente, debe funcionar con economía mixta o completamente autofinanciado con recursos propios y altos costos de matrículas, síntomas del tipo de universidad funcional al fascismo.

Si estudiantes y docentes no logramos detener la apertura de este programa de jornada especial paralelo al público, se sentará un muy mal precedente para los demás programas de la universidad, pues tendremos que sufrir lo mismo y en carne propia.

¿Qué alternativas nos quedan?: ¡organización, movilización y lucha!


¡DEFENDER EL PREGRADO Y DEMOCRATIZAR EL POSTGRADO!

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