Un, dos, tres por Chucky que está en la Casa de Nariño!

El 7 de agosto se conmemora la Batalla de Boyacá en la cual se declaró la Independencia total de La Nueva Granada, después de la rendición del General Barreiro y la derrota del Ejército Español ante el General Simón Bolivar y su patriótico ejército.

Sin embargo, hoy no tenemos nada para celebrar, es más, hoy es un día luctuoso porque se posesiona Juan Manuel Santos como Presidente de la República de Colombia.

Y no podría ser diferente porque con la salida de Uribe de "la Casa de Nari" comienza, como lo expresó el caricaturista Mheo: "El fin de una ira" y con ello, la consolidación del fascismo en Colombia: Nacionalismo extremo (sin soberanía, con mucho patrioterismo y chovinismo), partido único (o Unidad Nacional, como lo llama Santos), restricción de libertades democráticas (mucho más que antes), ejército paramilitar consolidado y demás características propias de este tipo de regímenes. El caricaturista Matador lo describió perfectamente: Uribe "se lleva la carnita y los huesitos ... y deja los huevitos".

Este nuevo gobierno del continuismo, que plantea que retroceder no es una opción, cuyos antecedentes no son los mejores para nuestro pueblo: ejecuciones extrajudiciales (mal llamadas falsos positivos), chuzadas y agresiones a personalidades públicas, líderes de la oposición y de la izquierda, incursión militar ilegal a otros países, entre muchos otros crímenes, avanzará mucho más en asestar un golpe político contra los movimientos democráticos y revolucionarios (tanto armados como no armados), que hasta el momento solo ha sido parcial y que puede ser mucho peor.

Por ello, hay que avanzar en comprender que las tareas que el campo democrático y revolucionario está convocando y realizando en la actualidad, son para asirlas con mayor fuerza que nunca y por ello cada vez debemos tener más responsabilidad política para asumirlas y llevarlas a cabo. Quien aprenda a moverse en medio del fascismo, se moverá como pez en el agua cuando "cese la horrible noche".

¡No es la hora de claudicar ni desmoralizarse!, es la hora de unirnos y luchar por una patria soberana, con relaciones sociales de producción completamente diferentes a las actuales, porque otra Colombia sí es posible!

¡A LAS CALLES A TUMBAR AL GOBIERNO PARAMILITAR!