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¿Qué diría el doctor Vericel, discípulo de Pasteur?

Pereira, octubre de 2009


El doctor Claude Vericel llegó al país en 1884. En 1885 fundó y dirigió la naciente "Escuela Oficial de Veterinaria" donde se formaron los primeros profesionales del país en esta disciplina. Entre los múltiples logros que le entregó al país están: organizar los servicios de inspección de carnes y productos alimenticios de Colombia y la realización del estudio clínico y anatomapatológico que le sirvió a su discípulo Lleras Acosta para aislar el agente causal y preparar la primera vacuna contra la enfermedad del carbón sintomático.

Posteriormente los discípulos de Vericel tomaron su legado y obtuvieron la autorización del gobierno para crear la Facultad de Ciencias Agronómicas como continuación de la obra iniciada tiempos atrás por Vericel, la cual, años más tarde, terminaría siendo la primera escuela nacional de veterinaria, amparada en la ley 44 de 1920 que destaca entre su articulado, que las enseñanzas de bacteriología relacionadas con veterinaria podrán dictarse en el Laboratorio Nacional de Higiene con “mira a aprovechar para los fines de la enseñanza de bacteriología veterinaria, los excelentes laboratorios y dotaciones adquiridos por el Gobierno” entre otras exigencias que requería la carrera para poner su excelsitud al servicio de los intereses de la nación.

Ahora bien, ¿qué diría el doctor Vericel si se enterara de que ochenta y nueve años después de promulgada esta ley y a casi 60 años de haberse iniciado la carrera de zootecnia en el país, la Universidad Tecnológica de Pereira abre un programa de medicina veterinaria y zootecnia cuyo laboratorio universitario consiste en un espacio otorgado en la morgue de la facultad de Ciencias de la Salud? lo que constituye este acto en la Universidad; que además opera de manera privada con matriculas superiores a los 2.500.000 pesos, es una muestra fehaciente de la manera como las universidades públicas están descendiendo a niveles de “instituciones de garaje”.

Aún con estos designios hay quienes, desde sus intereses personales, osan defender el programa arguyendo la disposición de cómodos salones para recibir clases… y camuflan de manera dolosa el
desbarajuste presupuestario sobre el que se cimientan estas barbaridades ¿dónde están, por ejemplo, las clínicas para pequeños animales, grandes animales y las clínicas de reproducción? Y ¿dónde los laboratorios de ictiología, anatomopatología, parasitología, y las estaciones piscícolas entre otros? ¿Dónde están las granjas para la zoocrianza…?

Bien, pareciera por todo lo anterior que estamos frente a un hecho de casuística -en sentido peyorativo- donde a la hora de abrir programas ¡prima la lógica del mercado por encima de los criterios de la alta calidad!. Claro que si el programa cuenta con cinco animales, ¿para qué laboratorios?, dirán los neoliberales pensando con la lógica del Uribismo, expresada por el ex rector de la Universidad Nacional Marco Palacio, al afirmar que: “Quizás estemos ‘enseñando demasiado’, entregado un profesional que supera los requerimientos del mercado” es más, si tenemos un país donde se expiden normas con pretextos sanitarios para perseguir a los pequeños y medianos productores de cárnicos y lácteos, dejando el negocio al libre mercado, ¿para qué formar buenos profesionales de la veterinaria y la zootecnia?. Concluyendo: ¡a producción mediocre, una educación mediocre!

Mientras éstas verdades afloran a la luz, el estudiantado del país, entre ellos el de la UTP, sale a protestar legítimamente contra la insuficiente asignación presupuestal del gobierno nacional, que
amenaza con liquidar las universidades públicas y contra los niveles de degradación a los que han
sido sometidas en el país, mediante su estrangulación financiera y la imposición de una normatividad inicua. Según la contraloría general de la Nación “hoy se destina menos plata que hace ocho años para educación universitaria” y no es un secreto que el Uribismo plantea una educación mediocre al servicio de los intereses extranjeros principalmente los de USA, para lo cual ha encontrado acólitos que coadyuven a la plena aplicación de sus políticas, como el rector de la UTP, Luis Enrique Arango.

Ante eso la Organización Colombiana de Estudiantes, OCE, Risaralda, invita a movilizarse civilizada y democráticamente.


CONTRA LA DEGRADACIÓN DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR…¡RESISTENCIA CIVIL Y
DEMOCRÁTICA!

POR LA SOBERANÍA NACIONAL…¡NO A LAS BASES MILITARES GRINGAS!

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