Publicado por Comisión de Medios UTP | 0 comentarios

Publicación anónima de un estudiante de la UdeA

Compañeros les envió una carta publicada por el grupo PAR de la UdeA para los estudiantes…Invitándolos a la reflexión a todo el estudiantado de la UTP… No somos los únicos que sufren por la incomprensión de la lucha estudiantil…

Fuente: http://par-concapucha.blogspot.com/

CARTA DE UN ESTUDIANTE A NUESTRA ORGANIZACIÓN


Queremos presentarles a nuestros visitantes, un artículo que nos envía un estudiante de la Universidad de Antioquia, acerca de su visión de lo que viene sucediendo últimamente en nuestra alma mater. Deseamos su publicación, con el objetivo de hacerles el llamado, para que escriban, para que se expresen a través de los múltiples espacios en los cuales hagamos presencia, y en los múltiples espacios que se hace necesario ir creando.


UdeA


A modo personal, como integrante de la comunidad universitaria, sin ninguna intención diferente a opinar sobre la problemática, y sin ser representante de algún estudiante, colectivo u organización que se encuentre dentro de la Universidad, me atrevo a escribir estas líneas como una forma de hallar un poco de tranquilidad. Quisiera que mis palabras no estuvieran sesgadas por nada distinto a los sentimientos, sin embargo, escribir desde dentro, implica una descarga total del ser sobre el papel. Aun así, haré el intento.


Un ambiente de extraña normalidad puede sentirse desde el pasado 11 de octubre en la U de A, luego de que, tras 26 días de cierre, la Administración decidiera reabrir las puertas a los estudiantes. Si bien es cierto que durante este mes de aparente tranquilidad las actividades se han desarrollado normalmente, una sensación de incertidumbre permanece.


A través de estos dos meses, en los que se dio el cierre gracias a las decisiones tomadas por el señor gobernador de Antioquia, después de los disturbios protagonizados por el Esmad el día 15 de septiembre y la posterior reapertura, muchos se han manifestado de diversas formas frente a lo que se ha vuelto la comidilla de todos, convirtiendo la situación en una confrontación casi violenta, entre los que apoyan la decisión del gobernador de que la fuerza pública pueda entrar al campus cada vez que quiera, y los que se oponen a que la autonomía universitaria se vea trasgredida. A partir de esto, es normal por estos días, escuchar a la gente del común hablar sobre el tema, criticando en algunos casos y defendiendo en otros, tanto al gobernador y a las directivas de la Universidad, como a estudiantes y profesores.


El panorama pues, es desalentador. La sociedad, que se ha enterado por los medios de comunicación de la coyuntura de la Universidad, en su mayoría, apoya la medida adoptada por el gobernador, limitando el problema, a la recuperación de un espacio dedicado a la venta de estupefacientes por bandas criminales de Medellín o a la implementación de un carné, dejando de lado los problemas de fondo; como el ejercicio de la democracia y el déficit presupuestal de las universidades públicas, y solo se dedica a estigmatizar a los estudiantes y a emprender una campaña abominable en contra de la comunidad universitaria, sin darle la oportunidad de ser escuchada.


Si bien es cierto que la Universidad es un ente académico , de carácter pluralista y con unas funciones misionales por cumplir, es también un patrimonio de los antioqueños, dispuesto para su aprovechamiento, para la construcción del conocimiento, y el debate, en el que convergen diversas líneas de pensamiento, formas de expresarse, y más de 35.000 formas de vida, razones suficientes para entender que no puede haber en ella una sola vara para medir, ni un solo ojo por el cual mirar, que no hay una sola verdad ni una sola persona el que la posea, que los hechos importantes suelen ser susceptibles de tergiversaciones en pro de beneficios particulares, y que para la resolución de los conflictos debe haber un espacio si no para ponerse de acuerdo, por lo menos, para que se dé el diálogo y sean puestos sobre la mesa los diversos puntos de vista.


Sin embargo, en el Alma Mater de los antioqueños, esta palabra, como muchas otras, es casi desconocida para su administración, que por medio de mentiras, permitió la entrada de la fuerza pública el pasado 15 de septiembre, cuando los estudiantes inconformes con la obligatoriedad de la Tip y las medidas represivas utilizadas para su implementación, decidieron hacer un mitin por las porterías hasta el bloque administrativo, con el fin de pedir ser escuchados. El objetivo del mitin no se logró y es bien conocido por todos los que nos hallábamos presentes el fatídico desenlace de esta historia.


Luego, las declaraciones de la administración, del gobernador, de los empleados del administrativo, de Personería de Medellín, y un sinfín de comunicados en apoyo y en contra de tan lamentables acontecimientos, y la mediocridad de los medios de comunicación y su evidente interés por causar sensación mas no por dar a conocer la verdad. Toda una movilización para estigmatizar al estudiantado y criminalizar el movimiento estudiantil mediante acusaciones generalizadas para legitimar las decisiones tomadas por el señor gobernador. Posteriormente, una encuesta con respuestas amañadas y la tan anhelada reapertura bajo unas “condiciones mínimas de seguridad” que han sido la panacea para muchos y un insulto para otros. Y así, en medio de todo ese circo, la función continúa y cada actor desarrolla su papel normalmente sin la mínima intención de mirar a los lados y cuando lo hacen pierden el tiempo en discusiones sobre temas tratados una y otra vez, que no conducen a nada.


Así pues, los problemas de democracia y presupuesto en la Universidad son obviados, y se desvía la atención sobre las ventas informales y la existencia de organizaciones clandestinas dentro del claustro, dividiendo de este modo a los estudiantes y omitiendo la parte que se refiere a la falta de compromiso de la administración y al miedo de los estudiantes y su total indiferencia frente a los hechos, que han permitido que entes externos interesados únicamente en convertir la educación en una mercancía, se hagan presentes e intervengan en el desarrollo de las actividades universitarias a través de medidas represivas, bajo una supuesta imagen de seguridad dentro del campus.


No se sabe a ciencia cierta cuáles serán los próximos pasos que dará la administración, ni el gobernador, ni siquiera los estudiantes saben hacia dónde se dirigen. Un vacío, la sensación de pérdida se apodera de más de uno que se siente atropellado, otros disfrutan de la seguridad impuesta, otros aun no han trascendido y se quedaron en que el meollo del asunto es la tip, y otros que, dispuestos a alzar la voz son los menos escuchados pero los más criticados.


Los estudiantes que somos los más perjudicados nos dedicamos a temer y a callar pero no a actuar ni a proponer, dejamos que todo transcurra normalmente, incapaces de defender la función social de la Universidad pública que consiste en mirar de cerca los problemas que afectan a la sociedad en general y expresarlos. Nos hayamos sumidos en un letargo que no nos deja reflexionar acerca de lo que ocurre, nos acostumbramos fácil a todo y nos convencimos de que a la U solo se va a estudiar, el afán por terminar una carrera y ser una ficha mas del sistema nos impide ver la realidad.


Es triste entonces que la Universidad de Antioquia que ha sido reconocida por la calidad de su educación e investigación, haya ido perdiendo lentamente su interés por defender el pensamiento crítico y propositivo, por la formación social y política de los sujetos que ingresan a ella, por la defensa de la libre expresión y la convergencia de pensamientos diversos, pero lo más doloroso, que cualquiera que quiera meterle la mano para llevarse su botín lo haga sin que a nadie parezca dolerle. Amanecerá y veremos dice el adagio popular, pero en la U de A amanece y anochece mientras dormita sobre su aparente tranquilidad y no se ve nada, nada.


Por: Estudiante UdeA

0 comentarios: