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Los dobles mensajes y los vacios administrativos

El Acuerdo nro. 29 del 23 de octubre de 2013, por medio del cual se cancela el segundo periodo académico del 2013, tiene tanto de ambiguo como contradictorio, que ha dado origen a un vacio administrativo de grandes proporciones y consecuencias. El diferendo expuesto en términos de que se cancela pero no se cancela; en otros términos como que si como que no, me recordó los diálogos cantinflescos de la películas mexicanas. Al reflexionar mucho más sobre el sentido de este mensaje tan contradictorio, recordé las clases de psicopatología, que me habían enseñado en la Universidad Nacional, acerca de los dobles mensajes y sus consecuencias en la personalidad psicopática.

Pero no es mi intención hacer alarde de conocimientos clínicos, sino señalar que pareciera que la administración de esta universidad, se ha vuelto experta en crear confusión y abrir la puerta a toda clase de intenciones e intereses. El pasado concurso de vinculación de profesores tenía mucho de ello, aunque se quería tener un concurso en el cual un criterio de calidad en la escogencia de los aspirantes, fuera la acreditación de las universidades de donde provenían, la manera de leer dicha convocatoria, fue algo así, como démosle prelación a los amigos. El resultado vulnera cualquier lógica, transparencia o ética administrativa: Secretarias le ganan el concurso a doctores; éstos son rechazados pues obtienen más puntos los magísteres; en algunos programas los candidatos obtienen más de 300 puntos, en otros se declaran desiertos pues apenas alcanzan lo requerido. En últimas, la lectura que se podría realizar es que en esta universidad los doctorados y los investigadores de línea, no cuentan para estos efectos, tal vez para otros, quisiera conocerlos.

El acuerdo mencionado tiene un efecto similar pero más tragicómico y absurdo: los profesores deben reportar si los estudiantes han asistido, aunque ya se había dicho que se cancelaba semestre. Algunos profesores ingresaron asistencia de algunos o de todos; otros no pudieron por que el sistema lo impedía, a otros les parecieron las listas con notas de cinco, algunos estudiantes dijeron que ellos habían estado estudiando en sus casas y estaban listos para un parcial, los menos dijeron que seguían asistiendo pero no volvieron por la UTP. Otro grupo de estudiantes amenazaron a sus profesores con el derecho de petición. Los directores de algunos departamentos no sabían que decir, y por los corredores de algunas facultades los decanos no aparecieron para aclarar las medidas que ellos habían ayudado a auspiciar.

Si no fuera tan trágica esta situación, diría que se parece al mejor libreto del teatro del absurdo de Ionesco. Lo cierto es que a un problema le agregaron otros más; la universidad quedo como en los mejores tiempos de la patria boba, es decir, que cada uno haga lo suyo o sálvese como pueda, que aquí nadie responde. El viejo estilo de hacer política en este país, se puso de presente en ésta universidad. Bien sabemos que los políticos cuando dicen si es no; cuando dicen no es veremos; cuando dicen veremos es quizás.

Mientras tanto los activistas van a la asamblea departamental, a las asambleas de facultad a exponer la situación, hacen pintas; unos estudiantes viene y acosan los profesores; otros en los corredores trabajan en sus tablets, chatean en sus celulares. Los más seguimos el movimiento por facebook o por el correo electrónico. Calma chicha como dicen las ancianas, esto también es una lucha de opinión. Viene el segundo round esta semana y la próxima.


Fernando Romero Loaiza
Facultad de Educación

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